El día declina, todo en el sereno
momento de la noche sin percance
nos invita a pensar, hacer balance
de cuanto se ha vivido malo y bueno.
Algún dolor del alma, algún ameno
momento con amigos, un romance
que nunca floreció, no es vano el lance
que en el amor perdido hay algo pleno.
Un día son las etapas de una vida
un nacer en el alba, aprendizaje
de las horas. Dormir es la partida
simulando la muerte en breve viaje.
Y siempre se despierta, aunque cumplida
la misión por aquí a un nuevo paisaje.