En búsqueda de la fé
"Señor ten piedad de mi larga miseria"
Suenan los instrumentos
son como alabanzas a los dioses
de todos los tiempos
hablan en lenguas, alzan sus brazos
se arrastran por el suelo
y cuando danzan
es como si danzaran las músicas del más allá
como quisiera yo
sentir el cobijo divino
saltar con júbilo
gritar con pasión
rogar perdón a quien pueda perdonarme
caer desnudo rendido ante los píes del absoluto
dónde está este dios que
ustedes adoran y por qué me
ha abandonado
¿no estoy ya en el periodo de gracia?
las manos que me tocan no son suaves
están frías y húmedas
la luna y el infinito me desechan
no me alimentan
por qué no me enseñan sus lenguas
y cuando quiero escuchar el viento
ya no oigo sus voces
no me permite hundirme en las aguas
sin tener que respirar ni cerrar los ojos
porque lo que hay allí
es mágico y su cuerpo extendido
ahora aunque sea el sol
el que arroje su luz directamente
sobre mis parpados
ya no pienso en calidez
ni en la ternura de estar
tirado en el pasto
sintiendo
nadie cogerá tus manos
ni te mostrará el jardín
pues ya es solo negro
y donde antes alcanzaba la vista
que era puro color
ahora es solo vacío
no se dirigirá la embarcación a ningún puerto
sino mar adentro hasta naufragar
nadie cogerá el timón ni lo azotará
con furia
ante las tormentas del alma
se dejará abrasar
por la ausencia de los dioses
que otros alaban
por quienes son amados
mi cuerpo desfigurado por la furia
de los elementos
es el
próximo sacrificio
y con gozo eterno ustedes
danzarán con felicidad
ante la desaparición
de mi ser
