Me da vértigo pensar en la muerte, la marcha atrás, el vivir en los atascos

Me agobian las personas, las frases que están hechas, los que nunca saludan y los malos profetas.

Me fatigan los ídolos subidos al pedestal y los necios de espíritu

Me enervan los que no tienen dudas y aquellos que se aferran a sus ideales sobre los de cualquiera.

Me entristecen quienes me venden medias en la peatonal, los que enferman de cáncer y los que sólo, son simples marionetas.

Me aplasta la hermosura de los lugares perfectos, los cuerpos que gritan en las noches de fiesta, los precios de la cerveza, las formalidades

Me angustia el cruce de miradas el doble filo de las palabras y el obsceno guiño de las luces del centro.

Me arruinan las prisas y las faltas de  empatía, lo obligatorio, las tardes de domingo y hasta la línea.

Me da pena la vida, los cambios de sentido, los mensajes de wsp y los pasos perdidos.

Me cansa tanto tráfico y tanto sinsentido, parado frente al celular mientras que el mundo gira.