#EscritoresEspañoles
Entre las cañas tendida; sola y perdida en las cañas. ¿Quién me cerraba los ojos, que, solos, se me cerraban? ¿Quién me sorbía en los labios
¡Qué dulces las uvas dulces! ¡Qué verdes tus ojos claros!... Tú me mirabas, mirabas; yo comía, grano a grano... Y de pronto te inclinaste,
No quiero que los besos se paguen ni la sangre se venda ni se compre la brisa ni se alquile el aliento.
Contra el sucio oleaje de las cosa… yo apretaba la puerta. Mis dos man… resueltas, obstinadas, indomables, la mantenían firme desde dentro. Fuera, el naufragio; fuera, el cao…
A tiros nos dijeron: cruz y raya. En cruz estamos. Raya. Tachadura. Borrón y cárcel nueva. Punto en b… Si observas la conducta convenient… podrás decir palabras permitidas:
¡Cuán vanamente, cuán ligeramente me llamaron poetas, flor, perfume!… Flor, no: florezco. Exhalo sin mu… Me entregan la simiente: doy el fr… El agua corre en mí: no soy el agu…
Dadme un espeso corazón de barro, dadme unos ojos de diamante enjuto… boca de amianto, congeladas venas, duras espaldas que acaricie el air… Quiero dormir a gusto cada noche.
—Mamá, yo quiero la luna. —Hijo mío, está muy alta. —Mamá, yo quiero un caballo. —Hijo, si no tienes cuadra. —Mamá, yo quiero un pececito.
Ángeles tuyos, gerardo, por vientos y nubes blancas de un mundo inventado adrede dibujan las coordenadas. Ángeles de X a Z
Si un niño agoniza, poco a poco, e… con el vientre abombado y la cara… Si un bello adolescente se suicida… tan sólo porque el alma le pesa de… Si una madre maldice soplando las…
Siempre, cuando me despierto, sonrío y pienso: Hoy sucederá algo grande, maravilloso, perfecto; hoy se cumplirá sin duda
Ola cuajada en la piedra con espuma de romero, hasta tu desnuda cima me has levantado sin vuelo. Sobre tu lomo clavada
Yo era poeta labrador. Mi campo era amarillo y áspero. Todos los días yo sudaba y lloraba para ablandarlo. Tras de los bueyes, lentos, firmes…
Me tienes y soy tuya. Tan cerca u… como la carne de los huesos. Tan cerca uno del otro y, a menudo, ¡tan lejos!... Tú me dices a veces que me encuent…
Una mujer corría. Jadeaba y corría. Tropezaba y corría. Con un miedo macizo debajo de las… y un niño entre los brazos.