Maldita soledad que me acompañas, maldito amanecer que atardeces, maldito es el segundo que pasa a lado mío, recordándome que aquí no estás.
Maldita mi ceguera y mis ganas de tenerte, malditos tus abrazos y tus besos, que me hicieron quererte.
Maldito es el espacio tan vacío que has dejado, maldito es el aire que me abraza a tu recuerdo, maldita agonía, que me has dejado en vida.
¿Dónde estás criatura? ¿Por qué te has escondido?
Dime dónde guardas la ternura que demostraste el primer día.
Dejaste a mi corazón esperando, tengo para ti pendiente un beso, tengo para ti un abrazo.
Recuerdos que se clavan como estaca en mi humilde pecho.