“Entre copas, una botella de vino barato,
un chiste malo, o un cuento extraño,
allí estábamos, a flor de piel.
La juventud nos consumía, en sus placeres,
esta nos permitía conectarnos,
con solo un gesto, o una mirada,
un cuento malo, o un chiste extraño.
Amores de amigos,
de amigos verdaderos,
amigos incondicionales,
amigos celestiales,
amigos espirituales.
En medio de una charla ambigua,
un cigarrillo verde nos contempla
mientras se esfuma,
o quizá uno blanco sentado en la cama,
maldiciéndonos, perdiéndonos.
Hermanos de camino,
amigos de recuerdos
los universos gritan, te gritan,
nos gritan cosas, cosas vagas e indecentes,
o tal vez sin sentido,
que se transforman en ideales,
se involucran, y se transmutan,
amigo mio.”