Un ángel desilusionado en el portal del cielo derrama lágrimas como vidrios rotos.
Predijo su caída,
Cerró los ojos...
Inclino su cabeza en humildad, trato de entregarse al mundo y fracasó ruidosamente.
Un sentimiento maltrecho regresa a casa en el aislamiento de la inocencia astillada, abusado por los demonios de la ignorancia, acrecentado por la crueldad hasta el punto de explotar.
Privado de una sana ilusión...
Devuelve a un hijo su inocencia
¿Y tu que eres?
¿Porqué no me llevas?
Me he olvidado hasta de cómo hablar,
¿Porqué no me dejas?
¿Que soy ahora?
Alma entre almas.