#Argentinos #PremioCervantes #SigloXX #1976 #LaMonedaDeHierro
Lo ha alcanzado una bala en la rib… de una clara corriente cuyo nombre ignora. Cae de boca. (Es verdader… la historia y más de un hombre fue… El aire de oro mueve las ociosas
Ni la intimidad de tu frente clara… ni la privanza de tu cuerpo, aún m… ni la sucesión de tu vida situándo… serán favor tan misterioso como mirar tu sueño implicado
Los rumores de la plaza quedan atrás y entro en la Biblioteca. De una manera casi física siento la gravitación de los libros, el ámbito sereno de un orden, el tiempo disecado y conserva...
Sólo una cosa no hay. Es el olvid… Dios, que salva el metal, salva la… y cifra en su profética memoria las lunas que serán y las que han… Ya todo está. Los miles de reflej…
De los muchos libros de versos que mi resignación, mi descuido y a veces mi pasión fueron borroneando, El otro, el mismo es el que prefiero. Ahí están el Otro poema de los dones, el Poe...
Escribir un poema es ensayar una magia menor. El instrumento de esa magia, el lenguaje, es asaz misterioso. Nada sabemos de su origen. Sólo sabemos que se ramifica en idiomas y que cada...
Mi nombre es Alejandro Ferri. Ecos marciales hay en él, pero ni los metales de la gloria ni la gran sombra del macedonio—la frase es del autor de Los mármoles, cuya amistad me honró—se...
No he leído (nadie ha leído) todos los comentarios dantescos, pero sospecho que, en el caso del famoso verso 75 del canto penúltimo del Infierno, han creado un problema que parte de una...
Cuando nos anonada la desdicha, durante un segundo nos salvan las aventuras ínfimas de la atención o de la memoria: el sabor de una fruta, el sabor de…
No quiero ser quien soy. La avara… me ha deparado el siglo diecisiete… el polvo y la rutina de Castilla, las cosas repetidas, la mañana que, prometiendo el hoy, nos da la…
Madre antigua y atroz de la incest… borrado sea tu nombre de la faz de… Tú que arrojaste al círculo del ho… la alta proa del viking, las lanza… En la Torre del Hambre de Ugolin…
Nadie hubo en él; detrás de su rostro (que aun a través de las malas pinturas de la época no se parece a ningún otro) y de sus palabras, que eran copiosas, fantásticas y agitadas, no ha...
Mi destino es la lengua castellana… El bronce de Francisco de Quevedo… Pero en la lenta noche caminada, Me exaltan otras músicas más íntim… Alguna me fue dada por la sangre—
Hijo de algún confín de la llanura Abierta, elemental, casi secreta, Tiraba el firme lazo que sujeta Al firme toro de cerviz oscura. Se batió con el indio y con el god…
Soy el único hombre en la tierra y… Acaso un dios me engaña. Acaso un dios me ha condenado al t… Sueño la luna y sueño mis ojos que… He soñado la tarde y la mañana del…