Élmo.
Subí por las escaleras esa noche
El monstruo estaba asechándome...
Me senté a escribir
El monstruo me miraba desde mis espaldas...
Temblé un momento, me preparé para el baño
Miré hacia enfrente, él estaba ahí...
Parpadeé tan rápido como pude, y me sentí morir
El viento no soplaba...
No se escuchaba nada...
Mi última carcajada estaba echada...
Nadie vino por mí...
Sólo el monstruo, que me observaba en el suelo.
Estaba demasiado aterrorizado con su mirada como para gritar
Estaba demasiado aterrorizado por mi destino como para escapar
Estaba demasiado aterrorizado en esa penumbra como para llorar.
Me volví una estatua
Una estatua mustia y reseca
Una estatua con manchas de agua
Una estatua erosionada por el pasar de las penas
Por el sentir de sus propias quebrajas
Por el sentimiento de nunca volver a sonreír
Por el olvido y por el desencanto.
El monstruo se fue alejando
Y yo, estático, sólo pensaba en que se devolviera...
