Salvia.
crisantemo, lirio
limón
Optar al daño precipitado
De una taza de narciso.
No
Una mezcla de flores
que apacigüen el sin fin de pensamientos
que me acompañan por las noches
Persuadir a sus restos
asentados sobre la taza
para que me hablen sobre el mañana
Cortar, secar, triturar,
cada hoja, cada pétalo
hasta que me sanen.
Convertir su belleza
en un arma
Que de fin a cada una de las espinas
que rodean mi cuerpo
Que me distraiga su aroma
el perfume de sus restos
ahogados en calor
Su amargura y belleza
me lleve al fin de la agonía.
suave.
Una taza tras otra
una
una más
nueve tazas de té
una por cada fragmento de espera
Determinante,
terminal
devuelve la libertad
Al centro que alberga las semillas que dan vida