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Humareda

Cinco de la tarde
Son las cinco de la tarde
Caminos extensos de pradera seca
A las cinco de la tarde y se llena de fuego el cielo
Una ambulancia
Un socorro
El olor a mar me corroe el recuerdo
Y son las cinco de la tarde
Se chamusca hasta la punta de tu pelo
Flores quietas
escuchan el permiso para seguir perfumando
Silencio en mis paredes
en todas las paredes
No existe un intento de dejarnos escribir con ligereza
Con la sonrisa de las tías de campo
Con la frescura de las faldas traviesas
¿Dónde se nos perdió el abrazo?
¿Cómo estás?
Atrás de esa iracunda y suculenta rabieta silenciosa
Es que transmutas al desierto
y prohíbes las aguas
Yo no soy río del capital
No existo para el placer de quienes me compran con pan
No puedo, ¿meperdonas?
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