Piedra hecha corazón
Un toque, tan solo uno...
Trazo tu piel en mi mente, tus toques ásperos y tu invitación a ser mía. Y pienso mía solo mía... más sabemos que no es así, pues tienes talento de masas y atrayente como miel a las avejas.
De tu cambio de color al hacerte mía, tus gritos y desgarres que me incitaban a ser mejor y ser el mejor siendo el mejor.
Tus piernas solicitas a apoyarse en mis hombros, y tu bella mirada que me engaño todo este tiempo que junto a tus verdades se volvían más realidad que lo que yo veía.
No eres lo que añore, pero lo superas en todo.
Que poder tan fuerte tienes que basta que te vuelva a ver para caer rendido, y que no me importe nada, más que tener otra vez tu cuerpo en mis manos. Apretujarte con ansias, quererte devorar como un niño lo hace al caramelo.
Ciertamente no te entiendo como puedes hacer daño a un corazón y vivir como si nada pasara. Como puedes preferir el lodo a un palacio de mosaicos.
El trato de una reyna a cambio por el de una chacha.
Pero hoy te vas, y se que no volverás más, no porque no quiera que te quedes, sino que es como la espina y el ruiseñor. Que le mato entre más se acercaba. Y ya mis venas vaciaron toda mi sangre en ti.
Te quiero y adiós.
