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FIESTA DE LA HISPANIDAD - DÍA DE LA RAZA

Por ser día 12 de octubre, celebramos en España y toda la Comunidad de Países Hispanoamericanos nuestra Fiesta de la Hispanidad y Día de la Raza. Por eso he colocado estos poemas alusivos al tema. Sintámonos orgullosos de pertenecer a nuestra raza y hablar nuestra lengua.

DÍA DE LA HISPANIDAD

La Historia es buen testigo de la hazaña
de ensanchar las fronteras de Occidente
y hacer del Mar Atlántico ese puente
que une a Hispanoamérica y España.

Cualquier nación de allá no es nada extraña
en nuestro corazón y en nuestra mente
y así continuará, siempre presente
por suerte de tener común calaña.

La patria que a sus hijos ha alumbrado
entre tantas penurias y dolores,
si miramos los hechos del pasado,

se hace merecedora a unos honores
de quienes recibieron el legado
de ser entre los buenos, los mejores.

Tal vez cometió errores
más propios de los tiempos que otra cosa,
que agrandó la maldad, por envidiosa.

HISPANIDAD.

Hablamos todos en el mismo idioma
y todos en el mismo Dios creemos
y tenemos el mismo cromosoma,
porque del mismo tronco procedemos.

Grecia y Roma nos dieron su cultura
y a ésta la heredamos el derecho,
habiendo asimilado con holgura
las lecciones, sacando un buen provecho.

Después y en un fecundo mestizaje
se unieron raza hispana y aborigen
en América, haciendo un buen encaje
que fuera de empatías el origen.

Tratémonos entonces como hermanos
españoles e hispanoamericanos.

A MIS AMIGOS HISPANOAMERICANOS.

Tengo sangre de moros y judíos
y más aún de godos y romanos;
de todos, por mis venas corren ríos
circulando por ellas tan ufanos.

Pedazos de su estirpe mi alma lleva
y a gala por el mundo lo proclama,
segura de que fue la buena nueva
que a América encendiera con su llama.

Lo hispano con gran fuerza reverdece
y su ecúmene avanza cada día,
de modo que amanece y anochece
al tiempo, como antaño acontecía.

Hispanoamericano, siente orgullo
de un honor que es tan mío como tuyo.

ESPAÑA, CRISOL DE PUEBLOS

Primero nos llegaron los iberos
al tiempo que los celtas se asentaban
y los dos, toda España la ocupaban
caminando detrás de sus guerreros.

Fenicia nos mandaba sus logreros
comerciantes, y luego nos llegaban
los griegos y en Cartago maquinaban
una invasión, para imponer sus fueros.

Dejaron más impronta los romanos,
que fueron absorbidos por los godos
y de entonces lucimos de cristianos;

nos trajeron los árabes sus modos
refinados, exóticos, mundanos
y un poco de su ser dejaron todos.

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