GRACIAS POR LLEVARME HASTA EL CIELO
A ti, que has despertado en mí el deseo
de amar y de vivir intensamente
la vida, que hasta ahora solamente
hiciera entre los brazos de Morfeo,
en los que degustaba un paladeo,
que a todas luces era insuficiente
para saciar las ansias de una mente
proclive a buscar siempre el apogeo.
Sólo al pensar en ti siento alegría
y elevo mi moral hasta las nubes,
donde con mimo y con placer me subes
y hay veces que más alto todavía,
subiendo de tu mano a dar a Dios
las gracias, por juntarnos a los dos.
