En el arco de mi ventana
Esta noche decido escribir desde el encierro
sintiendo en medio
de la tediosa cotidianidad,
como el silencio magnifica mi voz interior.
Fantasmas producto de la razón,
de tanto en tanto abrazan mi confusión
y sin mucha demora
en ciertos momentos de tribulación
me cuestionan con firme franqueza:
¿habrá algo que cambie
cuando todo esto pase?
o es solo quizás,
el preludio de otro desastre
La convulsión global,
el frenesí rampante.
Ahora no son suspiros
son caladas de humo que respiro
en las que siento me desprendo,
en una constante disolución.
Guiando lentamente el flujo infinito de mi mente,
buscando sostenerme, buscando no perderme,
ciertas melodías ya conocidas me tranquilizan
arrullan el flujo del pensamiento perenne
ohh oscuridad! que lo largo enseñas
tras un cigarrillo o un poema,
la fluidez que puede tener un alma en pena.
Ahora siento descanso en la transición gratificante,
el anhelo de la calma despues del velo,
cuyo puerto es la armonía del spiritus
vitae
una luz, un dulce fruto del guia interior.
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