Ámame
Ámame con mis manías y defectos; con mi dulzura, también mi carácter fuerte, con el caos, con todas mis contradicciones, también con mis vacilaciones.
Ámame como si me odiaras, con mi locura, con esa niña que a veces sale, con la risa de desquiciada o la frialdad de mi mirada.
Ámame así hasta lo más profundo de tus entrañas, hasta que tus vísceras te duelan, pero también ámame como tu remedio, como veneno más antídoto, como una suma en tu vida o una fórmula.
Ámame con mi cabello lacio también con mis rizos indefinidos y alborotados, ámame con mi dualidad más oscura, con mi erotismo, con mi pasado, con mi obsesión por los libros, con mis silencios.
Ámame como soy de fresa o mal hablada, con mi mala memoria, con mi mente ilusoria, ámame con mi libertad sin encadenarme, con mis misterios, cuando sonrío o con mis labios fruncidos cuando quiera ahorcarte.
Ámame con todo mi desastre, sin prisas pero también con hambre, cuando solo quiera quedarme en cama escuchando, rock o lentos, ámame vida mía solo ámame sin cambiarme.
