Estaría ahí
Sé que estás triste,
me lo dicen tus ojos al brillar,
pero reconozco ese brillo;
es el que queda después de llorar
o el que da aviso a una inundación.
Sé que te duele el alma
y en este momento no sabes
ni cómo avanzar.
Sé que te pesa la vida,
también lo sabes cuando
intentas levantarte de la cama
y parece que las fuerzas
han quedado en los insomnios,
en aquellos pensamientos
que te nublan la razón, el corazón.
Sé que te sientes destruida
y que el mundo parece estar cada vez más jodido,
de repente parece que también
se va a derrumbar el tuyo.
Lo sé, te duele intentar avanzar
y tropezar en el intento,
sé que eso te quema,
lo he notado en tu voz
y en algunas conversaciones.
Sé que respirar te lastima,
pero aun así inhalas hilos de esperanza
y eso me hace admirarte,
porque eres fuerte,
más de lo que crees;
pronto podrás salir de esto.
Debo admitir que
desearía correr a tu encuentro
y darte un abrazo que
se quede impregnado a tu alma,
y un beso con el poder de suturar heridas.
Quisiera estar a tu lado y
prestarte mi hombro o
secar tus húmedas mejillas
mientras te susurro que todo estará bien.
Si pudiera, si tan solo pudiera
me transportaría hasta tu casa
y te sujetaría con fuerza,
me quedaría ahí en silencio o
tal vez te cantaría una canción
con el deseo de verte sonreír.
Si pudiera, si tan solo pudiera
haría tus heridas mías y
a cambio te dejaría mis pocas alegrías.
Si pudiera, créeme,
si pudiera me sentaría
a un ladito de tu cama y tomaría tu mano,
quizá no diría ni una palabra
más que “te quiero, yo creo en ti”.
Si pudiera secaría tus tristezas y
apagaría las llamas que te queman,
si pudiera, si tan solo pudiera estaría ahí.
Te lo juro, estaría ahí.
