Piel desnuda
Yo no valgo para un amor corriente
de un te beso en la cama
y no me acuerdo mañana.
Yo soy de un amor de
no te necesito, pero te prefiero conmigo.
Que no me gusta manchar las sábanas
si mañana no vas a volver a ensuciarlas conmigo.
No me gustan las poesías de un día.
A mí me gusta que se metan en mi cama,
en mi cabeza,
y que no salgan de mis letras.
Porque un poema no vale,
y yo soy más de cobardes que dan juego
para escribir un libro entero.
Yo no valgo para historias de campeones
ni insignias de ningún valiente.
Aquí la única Santa lleva mi nombre,
que visto con mantones a un judas
que se marchó a otra última cena.
Y yo,
que siempre he sido atea,
ahora creo en ti,
en arrancarte esos mantos
y ver tu piel sobre mi cama.
A mí no me vale con un abrazo a la semana,
porque lo sintético me sabe a poco
desde que probé la piel desnuda.
Yo no valgo para aprovechar
el tiempo que sobra del día
en caricias ni palabras mal dichas.
Quiero ser el reloj de muñeca,
el que lleve siempre consigo
y el que no calle cuando despierte.
Y si alguno viene a buscar
algo entre mis piernas,
ahí no.
Ahí no soy princesa.
Ahí yo soy guerrera.
