Loading...

Oda a la zopiclona

A ti, que acaparas mis pensamientos, que te apareces en mis noches y me robas el sueño, amor no eterno, pero si el primero, atormentas mis recuerdos, como mi más grande arrepentimiento. Hoy agradezco a los somníferos que usabas y yo tanto odiaba, ya que me ayudan a no desvelarme y aceptar no haber sido el último.

Hola guapa, hasta siempre.

Antigua enemiga y blanco de mis prejuicios.
Pasas a ser de mis noches,
indispensable y esencial vicio.
 
Hipocresía que hoy aclara recuerdos.
por fin entiendo y comprendo.
Este sabor de ensueño amargo que siento.
 
¿Cuántas noches ayudaste a conservar el fuego?
¿Cuántos duelos sinuosos acallaste para seguir cuerdos?
¿Cuántas noches entumeciendo su sufrimiento?
¿Cuántos cuentos muertos mantuviste en el sosiego?
 
Mientras que quieto, no oyendo, y solo huyendo,
perdía el tiempo, riendo, siervo de su tacto tierno.
Ciego y expulsado del cielo, hoy tiemblo, fuego viendo,
en todo lo construido, instante culminante, en el cual te pierdo.
 
Odio que emana,
sensación cotidiana,
día a día menos lejana.
Ya cercana e innegable,
Evidencia mi vida inhumana.
Pecados omisos acarreados,
consecuencias ignoradas pero eventuales.
Cual predicador pagano yazco,
Embriagado en sueños irreales.
 
Sabor de ensueño amargo que me despierta en la mañana.
 
Hasta el más dulce sueño profanas.
Recordándome como el sonido de campanas,
su partida temprana, y en su cara esa expresión plana,
hablando puñales que se oyen como palabras,
“Las ganas ya son vanas”.
 
Soberana de mi Esperanza y anhelo,
cada día un poco más lejana te veo,
conservo recuerdos etéreos
revivo y paseo sin falta por ellos,
coqueteos, jugueteos y secreteo,
complicidad, admiración y deseo
pasión, romanticismo, respeto y sueños,
amor real y bueno, aun intacto de mi veneno.
 
Con esta pena que siento y  lamento,
acontecimiento que no escapa de mi entendimiento
pero que violento me arranca el aliento.
Aun sabiendo, que es mejor soltarte al viento,
a qué verte vivir por un necio, en descontento.
 
Sabor de ensueño amargo que invade y aprieta mi garganta.
 
Otra noche más te frecuento,
evitando el insomnio que quebranta,
arrojándome violento, en los brazos de Morfeo,
al cual pido, espantar su imagen santa,
así no desvelarme y perder el tiempo.
Imaginando cada vez más somnoliento.
En el firmamento, la existencia de un lugar,
dónde nuestro amor, tiene entendimiento.
 
Sabor de ensueño amargo que calma su recuerdo.
Sabor de ensueño amargo que me mantiene cuerdo.
Sabor de ensueño amargo con el que despierto,
en este final siniestro, recordando,
que es solo un secundario efecto,
de mi egoísmo y el medicamento,
con el cual acallo el sentimiento,
del pensamiento, el cual confirma día a día,
que serás, mi más grande arrepentimiento.
 
Y a pesar de que lo acepto y comprendo, no miento.
Espero tu dudoso regreso, aun consciente de mi comportamiento.
 
Junto los fragmentos y me levanto en el intento,
de no pensar en testamentos, y aunque sea lento,
deba vivir bajo juramento o en aislamiento, prometo,
no caer en el ostento, mas bien usare el sufrimiento,
para fomentar mi renacimiento, aun molesto,
de no hallar mayor argumento, en este momento,
y a pesar de no tener consentimiento,
es la forma que encuentro de mostrar agradecimiento,
sin romper o violar acuerdos,
mejorando entre silencios,
esperando poder ser de ti,
algún día,
verdadero complemento.
 
Sabor de ensueño amargo, que empaña su dulce recuerdo,
en el esfuerzo de mantenerme cuerdo,
Y no mezclar la herida, con tan pulcro sentimiento.




Top