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La garcita campesina polainas de tierra y alitas de harina. Pañuelo al viento se ve la garza.
—¡Hola, Pinocho!, ¿qué haces ahí? —Busco una joya que ayer perdí. —Dime, Pinocho, ¿que joya?, di. —Un pedacito de mi nariz.
Torito camagüeyano y de la sabana rey, he venido de muy lejos queriéndote conocer. Debajo del algarrobo
En primavera, nidos y flores. En el verano, lo aguaceros. En el otoño, las hojas secas. Los aguinaldos en el invierno.
De la lunita nueva vuela una garza; tiene el cuello nevado, de azul las alas. Volando viene
Con sus pichones la codorniz a la sabana viene a dormir. Un perro ladra
Abrigando el arroyo la caña brava, chorros de finas hojas al aire lanza. ¡Qué musicales ramos,
¡Del monte cubano vengo, del monte cubano soy! Pinipiní Guásima baría, júcaro amarillo,
La flor del tomillo buscaba una abeja: una abeja sola, una sola obrera. En el viejo pino
¡Limón, limón! Limón agrio, limón criollo, limón dulce, limón chino,
El oro de la tarde tiñe la copa de una vieja yagruma quieta y sedosa. Duerme cansado el viento
¿Has visto a la mariposa danzando sobre el rosal para saludar la rosa...? ¿O los vuelos del zunzún alrededor de las flores
En Playa Larga, el uvero, como homenaje al valor de los niños artilleros, ya no florece en febrero: en abril abre la flor.
Abril es un niño rubio que junta flores y pájaros; tiene los ojos azules y va vestido de blanco. Mayo es un niño aguador
—Venga, venga, salamandra: ¡abra la puerta, saque la gata, busque la escoba, limpie la casa!