BAÑOS ÁRABES
HAIBUN
Hago un alto en el paseo que estoy dando por Granada, me siento bajo un naranjo, el aroma me asalta. Rodeada de edificios antiguos llenos de historia cierro los ojos. Imagino todo, parece una bella fotografía de colores cálidos, entre los que destaca el naranja de los árboles y los verdes de los bancos, entre las ramas, un gorrión inquieto cambia de lugar.
Llega el final de la tarde, el sol aún muestra su fuerza, me levanto y decido seguir paseando, una pareja cogida de la mano pasa por mi lado, sonrío ante las constantes muestras de cariño.
Llego a la Carrera del Darro, parece que estuviera en otro mundo, el sonido de agua del río me hace suspirar, estas aguas transcurren limpias y serenas por la Carrera del Darro, pasando bajo los antiguos puentes del Aljibillo.
Justo enfrente cruzando el puente están los baños árabes allí voy yo, tengo reservado para darme un baño y un masaje, desde allí por unas ventanas árabes, veré la Alhambra, me alegro de no haber cogido el coche.
Aquel gorrión
picotea el ramaje.
Se escucha el río.
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