Pasaste por mi corazón como el tem…

Cuando la ola viene impetuosa sobr…

Para mí, Señor, no es necesario e… Y lo único que realmente necesito…

Afílame las alas, afilador de rued… No tienes alas; lo creíste acaso p… Afílame la espada, afilador del si… ¿Y dónde está tu espada? No la ti… Afílame la pluma, afilador del pie…

Echa tu red en mi alma. Tengo tam…

Si estás arriba..., ¿por qué no ba… Si estás abajo..., ¿por qué no sub… Si estás lejos..., ¿qué hacen los… Si estás cerca..., ¿qué hace mi co…

El viajero ha saltado ágilmente a su caballo, pronto a partir. El camino se extiende recto y empolvado hasta el horizonte: y mientras pruebo la resistencia de los arneses y el buen amar...

Y primero era el agua: Un agua ronca, sin respirar de peces, sin orillas que la apretaran… Era el agua primero,

He de amoldarme a ti como el río a… He de correr en ti, he de cantar e… Fuera de ti ha de sobrarme el mund… Dentro de ti no ha de faltarme bla… Dentro de ti está todo; fuera de t…

Cuando vayamos al mar yo te diré mi secreto... Mi secreto se parece a la ola y a la sal. Cuando vayamos al mar

Con mi cuerpo y con mi alma he pod… Mi alma era rebelde y, como los do… Pero la hice al fin saltar aros de… Mi cuerpo fue más dócil. En reali… No acerté a hacerlo; pero ahora, e…

Y dije a los guijarros: —Yo sé que vosotros sois las estre… Entonces los guijarros se encendie…

Yo te fui desnudando de ti mismo, de los “tús” superpuestos que la v… te había ceñido... Te arranqué la corteza—entera y du… que se creía fruta, que tenía

Salí de ti hacia la madrugada. Se… Salí de ti. El cielo era tan gran…