Vino de ayer, aún me enturbias los…

Son estos ojos míos los que me amarran al paisaje de mi ventana. Son mis oídos los que me impiden oír la música que no se oye con oídos. Son estos pies los que me obligan a afirmarme en...

El mundo entero se me ha quedado v… hombres que se olvidaron de llevar… Sola estoy en esta vasta tierra, s… animales que tampoco los hombres n… que no creen necesitar.

Perdóname por todo lo que puedo yo… Perdóname por todo lo que puedo re… Perdóname por echar siete llaves a… Perdóname por ser fuerte. No hubi… Jacob luchó con el ángel toda una…

Yo tengo un mar de olas tempestuos… Yo tengo una selva sin sol y sin l… Yo tengo el oro y el hierro; tengo… Tú tienes la mirada de tus ojos...

Para mí, Señor, no es necesario e… Y lo único que realmente necesito…

Viendo allí todavía la sonrisa de aquel Cristo tan pálido yo esta… Y era apenas sonrisa la imprecisa medialuna que el labio dibujaba, la albura melancólica y sumisa

Te amo con un amor que puede alcan…

Más allá de tu nombre y de mi nomb… qué será este esperar sin esperanz…

El guijarro es el guijarro, y la estrella es la estrella. Pero cuando yo cojo el guijarro en mi mano y lo aprieto y lo arrojo y lo vuelvo a coger... Cuando yo lo paso y repaso entre mis...

Todas las mañanas hay una rosa que… Tú, que te quejas de la traición c…

El gajo enhiesto y seco que aún queda del rosal muerto en una lejana primavera no deja abrirse paso a las semillas de ahora, a los nuevos brotes ahogados por el nudo de raíces que la pl...