El camino
El destino
En la ruta de la vida, cada paso un lienzo pinta,
con pinceladas de sorpresas, en el sendero que se insta.
No hay prisa que me domine, ni final que me limite,
pues cada curva del camino, es un regalo que me invita.
A respirar el paisaje, a sentir la brisa amiga,
y en cada rayo de sol, una razón para la risa.
El destino, aunque aguarde, no me apura,
ni me dicta, pues el viaje es tan hermoso,
que mi alma ya está cautiva.
Y si llego, que sea tarde,
con mil historias escritas,
en el libro de mi andar,
donde el camino, ¡qué delicia! `
Es un sentimiento compartido por muchos, la idea de que el viaje en sí puede ser más gratificante que llegar al destino final. Este pensamiento se refleja en muchas culturas y literaturas, donde se valora el proceso de viajar y las experiencias que se acumulan durante el mismo. La frase que has compartido evoca la noción de que la belleza y las lecciones aprendidas en el "camino" de la vida o durante un viaje físico pueden ser tan enriquecedoras que el destino pierde importancia en comparación. Es un recordatorio para disfrutar del momento presente y apreciar las pequeñas maravillas que se encuentran en el trayecto.
