Cayó sobre ti la última gota del rocío,
aquella gota que promete, del cielo a la tierra.
Acaricia las hojas de las plantas
y acaricia la tierra que repele.
Aquella tierra que repele
no deja que ninguna gota
alcance el profundo suelo,
y puede ser como un manto
cubriendo el polvo de la tierra.
En esa tierra ya no hay gotas de rocío,
la tierra no está mojada.
Así como la luna
que se oculta bajo la bruma,
así como el sol
que se oculta bajo la arena.
Hay un momento íntimo
donde aparecen la luna y el sol,
en el momento en que aparece el rocío,
sobre la tierra que lo repelió.
Pero en el mar la bruma yace en la orilla de la arena.