Yo sé que mi perfil será tranquilo en el norte de un cielo sin reflej… Mercurio de vigilia, casto espejo donde se quiebre el pulso de mi es… Que si la yedra y el frescor del h…

Con una cuchara arrancaba los ojos a los cocodrilo… y golpeaba el trasero de los monos… Con una cuchara. Fuego de siempre dormía en los ped…

Dulce chopo, Dulce chopo, Te has puesto De oro. Ayer estabas verde,

Los arqueros oscuros a Sevilla se acercan. Guadalquivir abierto. Anchos sombreros grises, largas capas lentas.

Yo pronuncio tu nombre en las noches oscuras, cuando vienen los astros a beber en la luna y duermen los ramajes

Cien jinetes enlutados, ¿dónde irán, por el cielo yacente del naranjal? Ni a Córdoba ni a Sevilla

Yo me alivié a un pino verde por ver si la divisaba, y sólo divisé el polvo del coche que la llevaba. Anda jaleo, jaleo:

La luna vino a la fragua con su polisón de nardos. El niño la mira mira. El niño la está mirando. En el aire conmovido

La luna asoma Cuando sale la luna se pierden las campanas y aparecen las sendas impenetrables.