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¡Qué esfuerzo! ¡Qué esfuerzo del caballo por ser… ¡Qué esfuerzo del perro por ser go… ¡Qué esfuerzo de la golondrina por… ¡Qué esfuerzo de la abeja por ser…
Se quedaron solos: aguardaban la velocidad de las últ… Se quedaron solas: esperaban la muerte de un niño en… Se quedaron solos y solas
Leonardo: ¡Calla! Novia: Desde aquí yo me iré sola. ¡Vete! ¡Quiero que te vuelvas! Leonardo:
La piedra es una frente donde los… sin tener agua curva ni cipreses h… La piedra es una espalda para llev… con árboles de lágrimas y cintas y… Yo he visto lluvias grises hacia l…
De la cueva salen largos sollozos. (Lo cárdeno sobre lo rojo.) El gitano evoca
El mar sonríe a lo lejos. Dientes de espuma, labios de cielo. ¿Qué vendes, oh joven turbia
No te conoce el toro ni la higuera… ni caballos ni hormigas de tu casa… No te conoce tu recuerdo mudo porque te has muerto para siempre. No te conoce el lomo de la piedra,
La mujer gorda venía delante arrancando las raíces y mojando el… la mujer gorda que vuelve del revés los pulpos ag… La mujer gorda, enemiga de la luna…
Lucía Martínez. Umbría de seda roja. Tus muslos como la tarde van de la luz a la sombra. Los azabaches recónditos
Bajo el Moisés del incienso, adormecida. Ojos de toro te miraban. Tu rosario llovía. Con ese traje de profunda seda,
La luna asoma Cuando sale la luna se pierden las campanas y aparecen las sendas impenetrables.
Lámparas de cristal y espejos verdes. Sobre el tablado oscuro, la Parrala sostiene una conversación
Duérmete, niñito mío, que tu madre no está en casa; que se la llevó la Virgen de compañera a su casa.
Amigo, levántate para que oigas aullar al perro asirio. Las tres ninfas del cáncer han est… hijo mío.
Tu voz regó la duna de mi pecho en la dulce cabina de madera. Por el sur de mis pies fue primave… y al norte de mi frente flor de he… Pino de luz por el espacio estrech…