A veces escucho una canción que no escuchamos juntos, pero sé que te habría gustado. La escucho por ti, como si en cada acorde
Piedra cipreses tañir de tus campanas sed de silencio
Quella freschezza, estremo incanto di ciò che è semplice
Casi la besé. Pero me ganó el miedo. O la lucidez. Nunca supe la diferencia.
No pediré jamás los besos que me debes los abrazos sonrisas guiños
Sobre la piedra deja el tiempo una sombra imperceptible sobre la piel labra un surco la vida
tiemblo cuando te veo y cuando no te veo tiemblo también
No sé por qué te escribo. O sí, lo sé. Porque no decirlo me pesa más que tu ausencia. Porque callarte
Aún es tiempo de soltarte sin que me tiemble el pulso, de decirte que te quiero con la fiereza de quien muerde el… con el hambre del que nunca pidió…
A veces, el amor se mide en ausenc… en lo que no se dice, en lo que queda suspendido en los ojos que no se encuentran. ¿Nos amamos, o simplemente
Che destino crudele, lo spazio e il tempo che ci separano.
Venís a mí, hijos míos, cuando la luna tiembla en los balc… y las calles se rinden al incienso… Venís con pasos lentos, con la fe prendida en la cera,
Te siento parte de mi tan cerca tan dentro de mi como hace tanto tiempo
Me empujas a tus brazos me llevas sin descanso a tu preesencia pierdo mis referencias apareces de pronto
Piedra Silencio gris imponente silencio tan solo violentado por el hiriente y gris