Este breve poema evoca una sensación de melancolía y reflexión sobre el paso del tiempo y el olvido. Aquí hay una interpretación:

El primer verso, "el tiempo nos señala", sugiere que el tiempo actúa como un testigo silencioso de nuestras vidas y experiencias. El tiempo es testigo de todo lo que hemos sido y de todo lo que hemos experimentado.

La segunda línea, "víctimas inocentes", nos lleva a reflexionar sobre cómo el tiempo, de manera inadvertida y a menudo injusta, nos sumerge en el olvido. Aquí, "víctimas inocentes" sugiere que el olvido no es algo que busquemos o merezcamos, sino algo que a menudo nos sucede de manera involuntaria y sin culpa.

"Del olvido" refleja la realidad inevitable de que, con el tiempo, muchas de nuestras experiencias y recuerdos se desvanecerán en la oscuridad del olvido. Es una expresión de la naturaleza efímera de la memoria humana y de cómo incluso las cosas más importantes y significativas pueden perderse con el tiempo.

En conjunto, el poema nos invita a reflexionar sobre la fugacidad de la vida y la importancia de atesorar los momentos y las conexiones que compartimos antes de que se desvanezcan en el olvido inexorable del tiempo. Es una meditación sobre la fragilidad de la memoria y la necesidad de recordar y ser recordados.