L a majestad de ser abre el vuelto… altiva luz del mundo, alta gloria… Abres, porque te place, el mediodí… ¡Infausta hora la que dejes olvida… Pues tú, Dios displicente, no est…
Querida: Qué bien nadas, sin nada que te vista, en las aguas heladas del cálculo egoísta.
El sol estalla: se derrumba a refrescarse en tu alegría. Revientan olas de tu pecho. Yo me baño en tu risa.
Se oye una lengua muerta: paraké. Un portazo en la noche: para qué. Tienes razón: para qué. Hay diferencias de temperatura y sopla un leve para qué.
Subir los remos y dejarse llevar con los ojos cerrados. Abrir los ojos y encontrarse vivo: se repitió el milagro. Anda, levántate y olvida
Háblame de las calles y de la nochería submarina, que mece allá abajo su cielo. Y el firmamento aquel
¡Qué bien se hace contigo, vida mí… Muchas mujeres lo hacen bien pero ninguna como tú. La Sulamita, en la gloria, se asoma a verte hacerlo.
Mi amada es una tierra agradecida. Jamás se pierde lo que en ella se… Toda fe puesta en ella fructifica. Aun la menor palabra en ella da su… Todo en ella se cumple, todo llega…
No soy el viento ni la vela sino el timón que vela. No soy el agua ni el timón sino el que canta esta canción. No soy la voz ni la garganta
¿Dónde está el alma? Tus mejillas anidan pensativas. ¿Dónde está el alma? Tus manos ponen atención. ¿Dónde está el alma?
Una tarde con árboles, callada y encendida. Las cosas su silencio llevan como su esquila. Tienen sombra: la aceptan.
La muerte lleva el mundo a su moli… Aspas de sol entre los nubarrones hacían el campo insólito, presagiaban el fin del mundo. Giraban margaritas
Navegar, navegar. Ir es encontrar. Todo ha nacido a ver. Todo está por llegar.
Si te hundiera en una tina, vería el volumen que desplazas. Si te colgara de un pie, hasta qué punto eres un bulto. Estoy perplejo porque eres.
Acata la hermosura y ríndete, corazón duro. Acata la verdad y endurécete