SOL DECADENTE
Aceptando sobre el rostro
la caricia suave del sol decadente.
En la tarde de febrero,
cortando en seco el brote
de la flor del almendro,
que espera renacer al alba.
Con el pensamiento en suspenso,
aceptando ambigüedades,
dudas, inseguridades volátiles,
síndromes aún inciertos,
bosquejos del fin del invierno:
CONSUMIDO.
Avanzando lentamente hacia
una nueva primavera,
¡Tantas primaveras vividas!
Arropado por el calor del sol
y por las muestras de la humana piedad
de los que me rodean.
Me mece el rumor lejano
del viento de la inconsistencia
del tiempo consumido.
Oteo el horizonte
por si apareciera una ligera esperanza
del tiempo extra para acaparar
en relativa plenitud.
¿Qué más puedo esperar?
24 de febrero 2019
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