La hélice deja de latir; así las casas no se vuelan, como una bandada de gaviotas. Erizadas de manos y de brazos que emergen de unas mangas enormes…

Abandoné las carambolas por el calambur, los madrigales por los mamboretás, los entreveros por los entretelones, los invertidos por los invertebrados. Dejé la sociabilidad a causa de lo...

Todo, todo, en el aire, en el agua, en la tierra

De vértices quemados de subsueño de cauces de preausenc… de complejos de niebla de gris san… de soterráneas ráfagas de ratas de… con su animal doliente cabellera d…

Yo no sé nada Tú no sabes nada Ud. no sabe nada El no sabe nada Ellos no saben nada

Es una intensísima corriente un relámpago ser de lecho una dona mórbida ola un reflujo zumbo de anestesia una rompiente ente florescente

Mis nervios desafinan con la misma frecuencia que mis primas. Si por casualidad, cuando me acuesto, dejo de atarme a los barrotes de la cama, a los quince minutos me despierto, indefect...

Costas rompientes del entonces resacas subvivencias que arenan el ahora calas

Cuerpos que se reintegran. Cabezas flotantes de caucho. Al tornearles los cuerpos a las bañistas, las olas alargan sus virutas sobre el aserrín de la playa. La sombra de los toldos. L...

Que los ruidos te perforen los dientes, como una lima de dentista, y la memoria se te llene de herrumbre, de olores descompuestos y de palabras rotas. Que te crezca, en cada uno de los...

Un zumbido de moscas anestesia la… El sol unta con fósforo el frente… y en el cauce reseco de las calles… deambula un blanco espectro vestid… Penden de los balcones racimos de…

En lo alto de esas cumbres agobian… hallaremos laderas y peñascos, donde yacen metales, momias de alg… peces cristalizados; pero jamás la extensa certidumbre

No sólo el fofo fondo los ebrios lechos légamos telúrico… y sus líquenes no sólo el solicroo

Eh vos tatacombo soy yo dí no me oyes

Solo, con mi esqueleto, mi sombra, mis arterias, como un sapo en su cueva,