#EscritoresEspañoles
¡espera! ¡no te vayas! ¿De parte de quién es? ¿Quién dij… Besos que yo esperé, tú me has dej… en el ala dorada de mi pelo. ¡No te vayas! ¡alegra más mis flor…
Mirad mi continente contenido brazos, piernas y tronco inmesurad… pequeños son mis pies, chicas mis… hondos mis ojos, bastante bien mis… Tengo un lago debajo de la frente,
A primeros de enero de un año cual… con amores y nombres seleccionados… con los huesos maduros a mitad de… me PROMETO solemne no sufrir de… Si me pegan, que peguen,
El camello se pinchó con un cardo del camino y el mecánico Melchor le dio vino. Baltasar
El corazón, la fruta de mi pecho, cada día se pone más sabrosa. Yo creo que la luna es una rosa que huele por la tarde a mar. Aún cuando te veo, me emociono.
En mi cara redondita tengo ojos y nariz, y también una boquita para hablar y para reír. Con mis ojos veo todo,
Duérmete, mi gata Chundarata, se han dormido los juguetes y tú sigues dando la lata. Duérmete, que es la una. Duérmete, mi cascabel
Cuando algo nuestro intacto se funde y me confunde —somos uno en dos partes que sufren por su cuenta—, desesperadamente algo nuestro se b…
Vamos a ver si es cierto que Le a… vamos a mirarnos por dentro un poc… ¡Hay cosas colgadas que a El le l… freguemos el suelo y abramos las p… e salgan las lagartijas y entren l…
Qué amor más sano había entre el ciervo y aquella gacelill… Se encontraban al alba junto al la… se corrían saltando todo el día. Su amor fue como el agua del arroy…
Era un gusano muy sano —nunca tosía— Era un gusano muy sano
Nadie me quiso tanto como yo quise. Siempre gané amando. Soy medalla de oro en saltos de ternura.
Aún te veo, río de mi vida, con los ojos que miran las montaña… Yo era una montaña con almendros montaña solitaria. Y viniste alegre con tu canto
Cristales de tu ausencia acribilla… que se esparce en la noche por el glacial desierto de mi alco… —Yo quisiera ser ángel y soy loba—… Yo quisiera ser luminosamente tuya
En el árbol de mi pecho hay un pájaro encarnado. Cuando te veo se asusta, aletea, lanza saltos. En el árbol de mi pecho