Sinestesia
¡Porque son los colores de la música!
Que si la labia del folclore y el perenne candombe suenan a marrón tierra
al petricor, a resistencia y castaña
como la tierra donde nacieron
inefable arrebol al margen del río
de lucha, pardo y perseverancia
Que si el hard punk y el heavy metal se esconden en el negro cuervo
tan oscuros como una noche sin estrellas
fúnebre dialéctica y estruendosa siderurgia
que te desgarran los oídos
tan rebelde e irreverente en sus denuncias
propalación de libertad, caos y anarquía
¡Porque son los colores de la música!
Que si el reggae caribeño verde hierbabuena
relajada en sus raíces y afectuosa bonhomía
de la planta que libre crece
frente a la huraña playa, al sol rusiente y al agua en siesta
canta sus heraldos de paz y amor
Que si la música clásica blanca ópera de la paz
tan erudita pentagrama
tan aristocrática sinfonía
tan delicado protocolo
que sus refinadas melodías resaltan en las praderas
voces de ángeles que acarician la aurora
¡Porque son los colores de la música!
Que si inundaron al blues azul de Mississippi
entre un fuerte y profundo mar
entre un pacífico y calmo río
del efímero desencanto y la resignación
del lamento luminiscente de la esperanza
hacia la limerencia de la libertad
Que si el cantador otoño gris del jazz
como la chaparrada en la ciudad
en una noche de miércoles de ensueño
tan suave ataraxia e inventiva beldad
tan rocambolesco saxofón y misteriosa improvisación
¡Porque son los colores de la música!
Que si parió el rock & roll y el rojo rap
tan movedizo graffitti y laceras caderas
con jeta de protestón y mohín informal
como una llama ardiente
que enciende el espíritu y sacude el cuerpo
Que si ruge el granate grunge
de sucio chic y desaliñado cool
de rabia en su mirada y de susurros al alma
en la nocturna tormenta
sobre las chapas del suburbano garage
¡Porque son los colores de la música!
Que si el ska jamaiquino es amarillo
como el Sol que lo alumbra entre las sombras
del día parcialmente nublado
y te saca de la tristeza
qué madeja el día luminoso
para no pisar las flores en el parque
Que si la música infantil rosa de juguete
tan dulce etéreo y pegajoso mediodía
cuál torta de cumpleaños
como melifluo de frutilla
de sus empalagosas melodías
¡Porque son los colores de la música!
Que si el soul se viste de violeta
tan profunda esbeltez
tan sedosa zalamería
de un domingo familiero y cadencioso
palmas reflexivas y espirituales melismas
Que si el naranja para el idílico funk
que vibran de gargantas
de corte ecléctico y propio estilo
divertida elocuencia y desenfrenada creatividad
para no llorar los domingos con su atrevida tonalidad
¡Porque son los colores de la música!
Que si el hijo de ellos, el multicolor Disco
tan sábado a la noche mirrorball
tan encantador espejismo, fractales reflejantes
vectorial integrador, guateques incandescentes
que hace de sus luces de neón
un iridiscencia de la eternidad
¡Porque son los colores de la música!
Que si un tango porteño y un fado portugués teñidos de azul marino
en la oscura bóveda de lua cheia
firulete de nostalgia y lustroso dramatismo
que te lleva desde al puerto de saudade
hacia el macho océano de lágrima fácil
