Te lo dije. Siempre te lo decía, porque no fue cosa de una vez. Ten cuidado, no jures que me amarás hasta la muerte,

La Habana, con sus caderas sonoras, y sus moradas ojeras a todas horas. Danza de pasos medidos

Mira si tú me conose, que ya no tengo que hablá: cuando pongo un ojo así, e que no hay na; pero si lo pongo así,

Cerca de ti, ¿por qué tan lejos ve… ¿Por qué noche decir, si es mediod… Si arde mi piel, ¿por qué la tuya… si digo vida yo, ¿por qué tú muert… Ay, ¿por qué este tenerte sin tene…

Toco a la puerta de un romance. —¿No anda por aquí Federico? Un papagayo me contesta: —Ha salido. Toco a una puerta de cristal.

Ana María, la trenza que te cae sobre el pecho, me mira con ojos de serpiente desde su piel torcida.

Esta mujer angélica de ojos septen… que vive atenta al ritmo de su san… ignora que en lo hondo de ese ritm… un negro el parche duro de roncos… Bajo la línea escueta de su nariz…

Vi el corderito blanco, niño entre los corderos, con un gran tajo rojo desangrarse en silencio. Cerca, en la tarde fría,

Un blue llora con lágrimas de músi… en la mañana fina. El sur blanco sacude su látigo y golpea. Van los niños negros entre fusiles pedagógicos

Me matan si no trabajo, y si trabajo me matan; siempre me matan, me matan, siempre me matan. Ayer vi a un hombre mirando,

Olas de gordo aceite son mis días: pasan tan lentamente que no pasan. Los hombres a mi lado miran, pasan… lentos también como mis lentos día… El futuro está ahí, lleno de días,

No sé. Lo ignoro. Desconozco todo el tiempo que andu… Sin encontrarla nuevamente. ¿Tal vez un siglo? Acaso. Acaso un poco menos: noventa y nue…

Así como después de la tormenta el guardabosque sale para saber cuál ácana, cuál guayacán, cuál ébano cayó desarraigado por el viento,

Caminando, caminando, ¡Caminando! Voy sin rumbo caminando, Caminando; Voy sin plata caminando,

París, febrero 12. Ángela y Flora: Puesto que os santifica y os decor… el sol en esa playa en primavera y os perfuma y os dora,