Dórida, hermosísima pastora, cortés, sabia, gentil, blanda y pi… ¿cuál suerte desigual, fiera, rabi… pone a mi libertad nueva señora? El corazón que te ama y que te ado…

¿Será verdad, ¡ay, Dios!, serán a… este temor villano, este recelo? ¿Será verdad, ¡ay Dios!, el desco… que de nuevo da fuerza a mis enojo… ¿Será verdad, ¡ay Dios!, que vean…

Cercado de terror, lleno de espant… en la barca del triste pensamiento… los remos en las manos del torment… por las ondas del mar del propio l… navegaba Vandalio; y si algún tant…

Entre armas, guerra, fuego, ira y… que al soberbio francés tienen opr… cuando el aire es más turbio y más… allí me aprieta el fiero ardor de… Miro al cielo, los árboles, las fl…

De error en error, de daño en daño… de una desdicha en otra desventura… de un desvío en otra gran locura, de un viejo engaño en otro viejo e… de un grave mal en otro mal extrañ…

Ni la africana sierra excelsa y br… ni las bárbaras armas, crudas, fie… ni tu sangre esparcida en sus ribe… que el cielo de la honra derramaba… ni la furia cruel que trastornaba

Cuando pienso me da dolor doblado; ningún pensar me da contentamiento… si fuera de pensar deleite siento, ni sé entenderme a mí ni a mi cuid… Entre mi mal el bien viene mezclad…

El que está como yo tan desvalido, tan sujeto a su mal, tan desmayado… no puede su dolor mostrar pintado, ni con palabra ser bien referido. Liviano es aquel mal, ya lo has le…

Leandro que de amor en fuego ardía… puesto que a su deseo contrastaba el fortunoso mar que no cesaba, nadando a su pesar, pasar quería. Mas viendo ya que el fin de su osa…

Señor, si vuestro andar continuo e… por provincias remotas muy extraña… si atravesar la mar, bosques, mont… nuevas costumbres y hábitos mirand… pudiesen el ardor ir mitigando

Mientra, por alegrarme, el sol mos… la divina beldad que en sí tenía, de pura envidia de la gloria mía nube enojosa, oscura, lo celaba. Céfiro, que a mirar atento estaba

¡Temor desventurado y trabajoso, trabajoso temor desventurado! quien supiese mostrar de ti un tra… bien se podría llamar pintor famos… quien tu desasosiego sospechoso,

Yo, señora, pensaba antes, creía, mas, ¡ay!, que no sabía lo que pen… que era amado el que amaba, y no e… que el hado a mi porfía contrastab… El Amor me engañaba y me decía

Padre Océano, que del bel Tirreno gozas los amorosos abrazados, de gloria, si sintieses mis cuidad… cuanto yo de pesar estarías lleno. En la parte del cielo más sereno,

De aquella voluntad que a mi torme… pudo entregarme así, tan de su gra… no puedo en nada ya ser ayudado, ni en mi favor ni como mía la sien… Perdió razón su acostumbrado asien…