De Fuera del Juego, 1968
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Mis amigos no deberían exigirme que rechace estos símbolos perplej… que han asaltado mi cultura. (Ellos afirman que es inglesa.) No deberían exigirme
Sea la muerte de capa negra y su aureola de un amarillo intens… y tenga las costumbres que a ella… pero el amor que sea como se practica en los trópicos:
Mi absurda persuasión abriéndole c… pero la poesía no entra. Ella no elije noches para entrar.… dominio impone –como afirman– de n… A cualquier hora el mundo la despl…
En una de estas tardes me pondré guantes blancos, frac negro, sombrero; iré a la calle Behren,
Que siempre exista tu cabeza a poca altura de la mía Una ciudad soltando pájaros bodas en fin
Ámalo, por favor, que es el herido que redactaba tus proclamas, el que esperas que llegue a cada h… el que ahora mismo tal vez estén s… a bofetadas,
En los bosques de Rusia yo he visto un abedul. Un abedul de hierro, un abedul que lanza como los elect… su nudo de energía y movimiento.
A los censores Se pasaron la vida diseñando un pa… que recobrase—después de cada ejec… su inocencia perdida. Y apareció el patíbulo,
Él no es el hombre que salta la ba… sintiéndose ya cogido por su tiemp… oculto en el vagón que jadea o que huye entre los terroristas,… hombre del pasaporte cancelado
Cada noche me libras de la corona turbia que amenaza las horas de mi felici… y llegas en puntillas lentamente y me arrancas los ojos de humanist…
Hay un hombre tirado junto al mar Pero no pienses que voy a describi… ahogado Un pobre hombre que se muere en la… Aunque lo hayan arrastrado las ola…
¿Por qué están esos pájaros cantan… si el milano y la zorra se han hec… y están pidiendo silencio? Muy pronto el guardabosques tendrá… pero será muy tarde.
¿Y si empezara por aceptar algunos… como ha aceptado—es un ejemplo—a e… que mea desafiante en su jardín? Ah, mi señora: por más que baje la… que oculte la cara solterona; por…
Cuando yo era un poeta que me pase… por las calles del Kremlin, culto en los más oscuros crímenes… Ala y Katiushka preferían acariciarme la cabeza,
Mi hora vendrá, hará una seña en la escalera y subirá a mi cuarto donde arderá la estufa; si en Londres,