A soñar.
Cierra la puerta de su habitación.
Ahora está solo.
Lo que diga, lo que escriba, lo que piense
solo él lo sabrá;
se encuentra solo: lo que hace no tiene interpretación;
estar solo es
la única posibilidad que tenemos. Luego
un sin fin de imaginaciones respecto al mundo
que ha dejado de compartir y que ahora no lo comparte:
mañana tendra que ir a trabajar, tendrá que leer ese libro
en el colectivo, en algun asiento,
tendrá que escuchar esa canción que no sale de su memoria,
tendrá que hablar, escuchar, pensar, sentir,
y mientras haga todas estas cosas, se enterrará a pala y tierra,
de molestia a molestia,
de placer a placer,
de silencio en silencio se ensordecerá,
y ahora, tan dispuesto a escuchar,
solo se escucha refunfuñar.
Está aquí, pero para qué.
Quién es.
De dónde viene.
A dónde va.
Entre quienes...
Ahora a soñar.
