La persona es objeto de consumo,
consumo rápido, economizado.
La mercancía: tu mente, tu cuerpo...
tu capital, tu stock...
Tu mente es el televisor
y como esos anuncios seremos
fascinantes, ocurrentes, centelleantes...
Y llegará el momento
cuando la necesidad de consumir se sacie.
Y en el día nuevo a nuevos cuerpos nos dedicaremos
... nuevas marcas, nuevos productos.
Saborearemos, nos deleitaremos
nuevos amigos, nuevos entretenimientos,
nuevo estilo, rebajas, nueva temporada...
Somos consumo,
ánimas del marketing,
brasas del nuevo capitalismo.