¿Te has preguntado por qué no has llorado sin taparte la cara?
Nadie es merecedor de dicha función, exponente de sublimidad y
Lluvia cálida de mejillas, máquinas de cosquillas simples y raras.
Cuando una flor se abre, lo hace para recibir gotas del cielo,
Y tú abres el cielo para que él reciba tus gotas.
Ejerces sobre las palmas de tus manos la deshonra de un fallo,
Y sobre las arrugas, la vida se va acumulando,
Curiosa onda, reflejo del poder del astro sobre tu cabello,
Tela que se vuelve unidad sobre tu cuello y tus brazos.