El DIFUNTO (poema adaptado)
La alegría me rebosa
Cuando comienza a lucir el día,
Cuando el enorme sol
Sube al borde del cielo.
El resto del tiempo me llena de angustia:
La actividad constante de los gusanos me aterra
Penetran en el cuenco de la clavícula
Y me devoran los ojos.
En mi angustia pienso:
¿Era acaso, tan bella la vida en la tierra?
Recuerda el invierno
En que nos devoraba los cuidados:
Zozobra por los trajes,
Zozobra por las suelas de los zapatos.
¿Era, acaso, tan bella la vida en la tierra?
Aquí estoy sumido en inquietud y angustia,
¿Pero no conocí siempre lo efímero y la zozobra?
Incluso en el espléndido verano,
Si el sol era intenso,
Y no había hielo en casa
O un acondicionador para el calor disipar.
Lo maldecías.
¿Era, acaso, tan bella la vida?
Estoy aquí, preso de angustia
¿Pero. No estuve siempre en apuros
Cuando persuadía las deudas,
Y cuando perdía la cabeza
Porque se atrasaba los salarios?
¿Era, acaso, tan bella la vida en la tierra?
Cuando en el tumulto de la casa de las fiestas,
Me embriagaban, enrojeciendo de vergüenza,
Y cuando el tumulto se burlaba de mí
Porque en cada trago, perdía el hilo,
¿Era, acaso, tan bella la vida?
Dime: ¿Era, acaso, tan bella la vida en la tierra?
Aquí la alegría me rebosa
Cuando comienza a lucir el día
Y cuando el inmenso sol
Baja lentamente al horizonte;
Pero el resto de tiempo me llena de angustia.
¡Cómo me aterra la incesante actividad de los gusanos!
Me roen hasta el cuenco del hombro
Y me devoran los ojos.
El poema es una adaptación a la era actual, de un poeta esquimal de Alaska, principalmente el poema trata de una metáfora y personificación de los muertos, donde principalmente entra en contexto la vida que el tuvo como un recordatorio y una comparativa en su frase.
"¿Era, acaso, tan bella la vida en la tierra?"
