Sagitario
No me hace falta cerrar los ojos
para sostener tu rostro con mis pestañas,
ni buscar entre mi bolsa cascabeles
y darme cuenta que de tanto pensarte
se me hacen largos los días.
Muy poco ha sido nuestro tiempo
y hasta podría parecerte un chiste
que el afilar mi lujuria entre tu vagina
resultar ser lo que medito sin remedio.
Nos encontramos entre las cejas y sonríes
con esa cara de pervertida
mientras observo tu papel de pasar desapercibida;
En mi mente tu cáliz, desbordándose en mi boca
preparándose para embriagarme con tu sexo
entre ceniza, frases cortas y melodías.
Rompes la maquinaria oportunista de mi esencia
y mi mente juega con pasiones
que ni siquiera han pasado.
En las planicies de esta cama
me da miedo pensar que te extraño,
me aterra el pensar que no me quieras cerca,
tan solo imaginarlo,
por que en mi mundo
las aves me hablan al oído y dicen:
que las llamas y las flores no viven en armonía.
Espirales
