Han intentado apagar la voz del alma,
pero el ave vuela hacia la sombra con su canto nítido
y se pierde en el babel de la soledad,
hasta volverse tiempo.
Y se hace copo y se hace nevado
hasta quemarse en luz.
Para saltar entre las nubes
y regar el horizonte de blancos suspiros.
Han intentado apagar la voz del alma,
pero una mano empuña un libro al sol.
Una dulzura se aferra a la tarde,
un colibrí golpea la ventana,
un pensamiento corre sin prisa.
Un poeta sueña que escribe,
han intentado apagar la voz de alma
y se despierta del ruido del mundo.
Karen Rod