La niña ilusionada
A primera vista supe cómo pasaría
todo, serías mío unos momentos, mas
te perdería luego, trasnochado; detrás de el deseo de aquellos
que no dan valor al fuego.
¡Cállate! le gritaba la vida a este corazón que por amarte en forma de arte...
hoy se queda mucho en el estante.
Sueños rotos,
lunas muertas y yo...
parada frente al palacio que,
sólo podría ser un cuento.
¿Cómo es que se pierde lo que nunca se ha tenido? Que paradoja sublime,
de ser una rosa rota y tú, al menos no
tienes este desvío irracional sin consuelo.
Una niña ilusionada así fue que me dijiste, por querer dártelo todo;
quién es quién para juzgarme,
por verte bonito y echarte de menos,
por perderme en tus brazos y vivir...
la pasión de una locura sin freno.
No vuelvo a hablar del temario que, para que y de que me sirve,
si me quiero y tú no quieres,
síguelo por ahí chiquito, por aquella ruta dónde se te ve... de lejos.
