#EscritoresEspañoles #Generación27 (1941-1944) Como alba el espera quien
Como una vela sobre el mar resume ese azulado afán que se lev… hasta las estrellas futuras, hecho escala de olas por donde pies divinos descienden…
En soledad. No se siente el mundo, que un muro sella; la lámpara abre su huella sobre el diván indolente. Acogida está la frente
He venido para ver semblantes Amables como viejas escobas, He venido para ver las sombras Que desde lejos me sonríen. He venido para ver los muros
Diré cómo nacisteis, placeres proh… Como nace un deseo sobre torres de… Amenazadores barrotes, hiel descol… Noche petrificada a fuerza de puño… Ante todos, incluso el más rebelde…
Tus ojos son de donde la nieve no ha manchado la luz, y entre las palmas el aire invisible es de claro.
¿Volver? Vuelva el que tenga, Tras largos años, tras un largo vi… Cansancio del camino y la codicia De su tierra, su casa, sus amigos, Del amor que al regreso fiel le es…
Verdor nuevo los espinos tienen ya por la colina, toda de púrpura y nieve en el aire estremecida. Cuántos cielos florecidos
Cómo llenarte, soledad, sino contigo misma... De niño, entre las pobres guaridas… quieto en ángulo oscuro, buscaba en ti, encendida guirnalda…
No decía palabras, acercaba tan sólo un cuerpo interr… porque ignoraba que el deseo es un… cuya respuesta no existe, una hoja cuya rama no existe,
¿Mi tierra? Mi tierra eres tú. ¿Mi gente? Mi gente eres tú. El destierro y la muerte
El mar es un olvido, una canción, un labio; el mar es un amante, fiel respuesta al deseo. Es como un ruiseñor,
Adolescente fui en días idénticos… cosa grácil, visible por penumbra… y extraño es, si ese recuerdo busc… que tanto, tanto duela sobre el cu… Perder placer es triste
El tiempo, insinuándose en tu cuer… tal la nube de polvo en fuente pur… aquella gracia antigua desordena y clava en mí una pena silenciosa. Otros antes que yo vieron un’ día,
Escondido en los muros este jardín me brinda sus ramas y sus aguas de secreta delicia. Qué silencio. ¿Es así
En ocasiones, raramente, solía encenderse el salón al atardecer, y el sonido del piano llenaba la casa, acogiéndome cuando yo llegaba al pie de la escalera de mármol hueca y resonante, ...