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El casco roído y verdoso del viejo falucho reposa en la arena... La vela tronchada parece que aún sueña en el sol y en el ma…
La calva prematura brilla sobre la frente amplia y se… bajo la piel pálida tersura se trasluce la fina calavera. Mentón agudo y pómulos marcados
Daba el reloj las doce... y eran d… golpes de azada en tierra... ...¡Mi hora!—grité—... El silenci… me respondió:—No temas; tú no verás caer la última gota
Dice la esperanza: un día la verás, si bien esperas. Dice la desesperanza: sólo tu amargura es ella. Late, corazón... No todo
Francisco a Pedro Salinas: Si el arte es fuego, será con sombras divinas, juego de manos de ciego.
De la ciudad moruna tras las murallas viejas, yo contemplo la tarde silenciosa, a solas con mi sombra y con mi pen… El río va corriendo,
La tarde está muriendo como un hogar humilde que se apaga… Allá, sobre los montes, quedan algunas brasas. Y ese árbol roto en el camino blan…
Algunos lienzos del recuerdo tiene… luz de jardín y soledad de campo; la placidez del sueño en el paisaje familiar soñado. Otros guardan las fiestas
Soñé que tú me llevabas por una blanca vereda, en medio del campo verde, hacia el azul de las sierras, hacia los montes azules,
Cabe la vida entera en un soneto empezado con lánguido descuido, y, apenas iniciado, ha transcurrid… la infancia, imagen del primer cua… Llega la juventud con el secreto
¿No eres tú, mariposa, el alma de estas sierras solitaria… de sus barrancos hondos y de sus cumbres agrias? Para que tú nacieras,
¡Ay del que llega sediento a ver el agua correr y dice: La sed que siento no me la calma el beber! ¡Ay de quien bebe, y, saciada
Heme aquí ya, profesor de lenguas vivas (ayer maestro de gay-saber, aprendiz de ruiseñor) en un pueblo húmedo y frío,
El río despierta. En el aire oscuro, sólo el río suena. ¡Oh, canción amarga del agua en la piedra!
Y era el demonio de mi sueño, el á… más hermoso. Brillaban como aceros los ojos victoriosos, y las sangrientas llamas de su antorcha alumbraron