Poemas de Amor y Desamor
Se pierden tantas cosas aún sin nuestra anuencia, belleza, fama, glorias de memorias, fortuna, buenaventura... sólo quedando algo asi como una apacible calma
la misma que se conforma forjándose en una fragua
donde el fuego es esperar
y el tiempo pesado
como golpes en el metal
donde se funden las horas en un silencio
abismal que da lugar a pereza, a ese ya no importar más y a la muy maldita calma
que nunca fue natural
sino que hubo que adecuarla
con siete llaves de claustro
para redomar humores que más que callar querían proclamar sus sinsabores
en feroces alaridos y no en aparente calma
Quietud del alma que finge las cadenas que amordazan y pasividad del cuerpo
para no acometer nada
Y se convierte en desidia lo que hasta ayer fuera calma para hundirse en un abismo
donde no importa ya nada
Selva Salomé
