Esa marea que te inunda, deseo que te anega, ser que tiembla en tu mirada, manos que se pierden en la niebla, ese placer que se desata,
Son los susurros del viento esos que escucho en mis oídos que comprometen mis sentidos anegando el alma inciertos y sombríos momentos
La brisa bajo el cerezo de flores, vestido las ramas se agitan en su escote se pronuncian con un pétalo que vuela,
Teorías, universos, cuerdas. Energía cuántica en movimiento, materia inerte nuestro cuerpo, torbellinos en movimiento, millones de partículas inestables,
Y despiertas sigilosamente bajo la boveda celeste en el frío de la noche dos almas se confunden la luz de la matina des-esperen
En ese interior mio que tan celosamente guardo se entreteje mi destino, hojas secas ondean al viento cubriendo las huellas del camino,
Encriptando la soledad del latido mientras te amo en silencio rompiendo la barrera del sonido. Eco que implosiona en los sentidos encriptando la soledad del momento
Nada, mie me en blanco me deleito escuchando la ciudad aún dormida brisa suave en mi rosro trinos melodiosos resurgen
Junto a mi pecho tú frágil latido que eclosiona el momento en que la caricia ya toca las costillas abiertas de tu frági… ya consumido.
Una caracola en el fondo del mar, un pez que roza mi piel, una medusa se acerca, respingo, me aparto. Un caballito de mar, se va,
Más allá de tu mirada es el reflejo silente de tu alma perdida en el oasis escalofriante sonido
Una chispa prende la yesca explosiona la vida el universo se expande receptáculo de almas llamaradas de luz se esparcen
Y en la brevedad de lo ausente el latido se apaga en esa nanosfer… de la que somos parte breve y concisamente. En la caverna del tiempo
Entretejiendo matrices chispean neuronas despejan incógnitas dibujan estelas que fluyen Espacios abiertos