#SigloXX #SigloXXI #Uruguayos #1981 #PoemasDeLaOficina
Todo el mundo lo admite antes no había y ahora nos asombra que aparezcan en la calle en el quiosco en las e… concurran a las puertas a los timb…
La vida cotidiana es un instante de otro instante que es la vida to… pero a su vez cuántos instantes no… ese instante del instante mayor cada hoja verde se mueve en el sol
Un país lejano puede estar cerca puede quedar a la vuelta del pan pero también puede irse despacito y hasta borrar sus huellas en ese caso no hay que rastrearlo
Ah las primicias / cómo envejecier… cómo el azar se convirtió en casti… cómo el futuro se vació de humilde… cómo los premios cosecharon premio… cómo desamoraron los amores
Todos tenemos un enigma y como es lógico ignoramos cuál es su clave su sigilo rozamos los alrededores coleccionamos los despojos
Volver al barrio siempre es una hu… casi como enfrentarse a dos espejo… uno que ve de cerca / otro de lejo… en la torpe memoria repetida la infancia / la que fue / sigue p…
Te dejo con tu vida tu trabajo tu gente con tus puestas de sol y tus amaneceres
Cuando el fulano se miraba el ombl… no era por narcisismo o complacenc… sino porque ahí siempre vio colina… nubes convexas / constelaciones abismos caóticos y jubilosos
Quién hubiera creído que se hallab… sola en el aire, oculta, tu mirada. Quién hubiera creído esa terrible ocasión de nacer puesta al alcance
Para matar al hombre de la paz para golpear su frente limpia de p… tuvieron que convertirse en pesadi… para vencer al hombre de la paz tuvieron que congregar todos los o…
Para entender mejor cuán reaccionario era Jorge Manrique hay que desarrollar el complemento
—Un momento. Quiero saber con quién estoy hablando. —René, no cortes esta vez. Es larga distancia. —Desde hace bastante tiempo. ¿Te acordás de cuando cumpliste catorce años?...
Es cierto / rafael / no hay un río del olvido / hay mar de la memoria… ese que trae amor fatigas gloria o un privilegio cándido y tardío el exilio fue siempre un desafío
¿Cómo compaginar la aniquiladora idea de la muerte con ese incontenible afán de vida?
Al preso lo interrogaban tres veces por semana para averiguar «quién le había enseñado eso». Él siempre respondía con un digno silencio y entonces el teniente de turno arrimaba a sus te...