(Port-au-Prince, 4 de octubre, 1892)
Aparece recogido en sus Versos de circunstancias, allí se consigna: "En el álbum del matrimonio Cecilia Cohen y Edmond Heureaux, entusiastas colaboradores en la causa libertadora cubana."
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¡Venid, tábanos fieros, Venid, chacales, Y muevan trompa y diente Y en horda ataquen, Y cual tigre a bisonte
Quiero, a la sombra de un ala, Contar este cuento en flor: La niña de Guatemala, La que se murió de amor. Eran de lirios los ramos,
Era el 5 de abril de 1870. Meses hacía que había yo cumplido diez y siete años. Mi patria me había arrancado de los brazos de mi madre, y señalado un lugar en su banquete. Yo besé sus...
Es rubia: el cabello suelto Da más luz al ojo moro: Voy, desde entonces, envuelto En un torbellino de oro. La abeja estival que zumba
Traidor! Con qué arma de oro Me has cautivado? Pues yo tengo coraza De hierro áspero. Hiela el dolor: el pecho
De pie, cada mañana Junto a mi áspero lecho está el ve… Brilla el Sol, nace el mundo, el… Del cráneo la malicia, Y mi águila infeliz, mi águila bla…
Ya sé: de carne se puede Hacer una flor: se puede, Con el poder del cariño, Hacer un cielo, —¡y un niño! De carne se hace también
Dicen, buen Pedro, que de mí murm… porque tras mis orejas el cabello en crespas ondas su caudal levanta… diles, ¡bribón!, que mientras tú e… en rubios caldos y en fragantes po…
Surcando el mar, pidiendo a las in… Olas del Golfo espacio y albedrío Al par llegamos, tú con tus poetas… Yo con el mal de un alma en el vac… Los dos trajimos a esta tierra bel…
Mírame, madre, y por tu amor no ll… Si esclavo de mi edad y mis doctri… Tu mártir corazón llené de espinas… Piensa que nacen entre espinas flo…
¡Ea, jamelgo! De los montes de or… Baja, y de andar en prados bien ol… Y de aventar con los ligeros casco… Mures y viboreznos, y al sol rubio Mecer gentil las brilladoras crine…
El palacio está de luto Y en el trono llora el rey, Y la reina está llorando Donde no la puedan ver: En pañuelos de holán fino
Por tus ojos encendidos Y lo mal puesto de un broche, Pensé que estuviste anoche Jugando a juegos prohibidos. Te odié por vil y alevosa:
Solo, estoy solo: viene el verso a… Como el esposo diligente acude De la erizada tórtola al reclamo. Cual de los altos montes en deshie… Por breñas y por valles en copioso…
En el alféizar calado De la ventana moruna, Pálido como la luna, Medita un enamorado. Pálida, en su canapé